15 jun 2017

Tañen a muerto

Tolón…tan…tolón…tan…El repique se mete en la cabeza. Tolón…tan…tolón…tan… Tocan a muerto. Tolón…tan…tolón…tan…Produce congoja. Al gris del día le ponen esta triste sinfonía. Tolón…tan…tolón…tan… ¿Dieron dos o tres toques finales? ¿Será hombre o mujer? No importa.

Las campanas de la iglesia, tanto tiempo en silencio, quieren volver a marcar la vida del pueblo. Han estado aletargadas y no se han dado cuenta que las cosas han cambiado.

Suenan a las doce, a las seis y sabemos que es esa hora no por ellas sino por quien marca el ritmo de nuestras vidas: el móvil.

Una hora después el redundante tañido prosigue. Tolón…tan…tolón…tan… No hay plañideras que esperen al muerto. No hay trajes negros, ni mantillas. Hoy la muerte es menos muerte. No escuchamos las campanas. Ya no envejecemos. Pasamos de la infancia a la madurez, la vejez está desterrada y la muerte… La muerte es cosa de otros, no nuestra.

El alzacuello vuelve a estar presente y acompaña, con su nota de color, la triste melodía campanera. Tolón…tan…tolón…tan… Retrocedo en el tiempo. Los recuerdos me sitúan en aquella época tan triste y gris como el sonido machacón del toque a muerto. Tolón… Las campanas anuncian un muerto, despiden a un vivo. Esta vez no lo hacen por mí. 

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Tañen a muerto by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

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